Bienvenidos al sitio de la revista de la cooperativa El Álamo.

La Universidad de Buenos Aires sale al encuentro de la sociedad civil y se pone al servicio de los que más necesitan de profesionales de calidad dotados de una importante sensibilidad social. De aquí que se establezca esta relación con cooperativas y ONGs dedicadas a abordar el problema de la basura en un sector de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La revista “CONEXIONES.UNAMOSEPARANDO” , se hace cargo de la cuestión de la BASURA desde diferentes aristas: lo social, lo político, lo económico, lo medioambiental, etc.
Ponemos sobre relieve la basura como problema complejo, ya que además supone subjetividades que deberían ser re-pensadas y en ese sentido, re- significadas, como por ejemplo el cartoneo.
Somos articuladores de los saberes y sentidos presentes en la sociedad; y también facilitadores del diálogo público en la esfera pública, debido a que como comunicadores sociales tenemos un rol ético, social y práctico fundamental como colaboradores en construir ciudadanía.

RECICLADO

Las cooperativas reciben plástico, vidrio, cartón, papeles, latas de metal y tetra bricks. Es importante que estén limpios y secos para recuperarlos.

EL ÁLAMO

El Álamo es una de las distintas cooperativas que trabajan en la recuperación de residuos dentro de Capital Federal. Su área es la comuna 12.

CONTENEDORES

Uno de los contenedores que pueden verse por la Ciudad. Son útiles para desechar todo tipo de basura pero nadie los quiere enfrente de su casa.

DEUDA

Según la OMS, una ciudad debe contar con 10 m2 de espacios verdes por habitante para ser un buen entorno. Buenos Aires está en deuda: llega a 6 m2.

SEPARACIÓN EN ORIGEN

Una de las claves para gestionar adecuadamente los residuos es la separación en origen. De lo contrario pierden valor y exigen un mayor esfuerzo.

CONTAMINACIÓN

El riesgo que implica la invasión de los desechos en la vida diaria de las personas.

DESECHOS

Las cuencas de los ríos reciben desechos directa e indirectamente, y afecta a las poblaciones más vulnerables, que suelen establecerse alrededor.

Modesta: innovación, creación y compromiso

Desde el año 2012 las co-fundadoras de la marca diseñan objetos a partir de la reutilización de bolsas plásticas.

Por Camila Pérez 

Muy lejos del concepto frívolo de la moda, MODESTA logra crear bellos objetos de diseño y asumir al mismo tiempo un compromiso ambiental atendiendo uno de los problemas que más preocupa en la actualidad: las bolsas plásticas. Hoy en día este objeto, entregado indiscriminadamente cada vez que compramos algo por mínimo que sea, encuentra rápidamente su destino en la basura, cuando no volando por las calles, atorada en algún árbol o flotando en los cursos de agua.

“Modesta no sólo es una marca, es una actitud. Es amor por lo que hacemos”. Así definen Paula Ckroü y Emiliana Carricondo, amigas y co-fundadoras del proyecto, el compromiso que encaran día a día desde aquella vez que la problemática de la basura las tocó.   



Paula Ckroü es diseñadora en comunicación visual y diseñadora de indumentaria. Emiliana Carricondo también es diseñadora en comunicación visual y especialista en educación, imágenes y medios. En 2008, mientras viajaban por la autopista Buenos Aires-La Plata, vieron un reclamo vecinal que llevaba varios días ante la instalación de un relleno sanitario (CEAMSE) en una zona verde de recreación y empezaron a pensar qué podían hacer. “Comenzamos a investigar qué pasaba con los desechos una vez que salían de nuestras casas, cuáles de los materiales ya tenían su circuito de reciclado y cuáles no, cuánto tiempo permanecían en la tierra y qué efectos traían al medioambiente, y así nos interesamos más en la problemática de la basura y en la importancia de las acciones de cada uno de nosotros. Así surge MODESTA”.

Para hacer un diseño reciclan entre 50 y 100 bolsas plásticas, lo que implica un gran trabajo de acopio, acondicionamiento y clasificación. Reciclan y utilizan polietileno de alta (2) y baja densidad (4). Esto incluye bolsas plásticas de regalerías, tiendas, del súper, indumentaria, packs de colchones, packaging, pañales, films 
de empaques y poliburbujas, entre otros.

El material se recibe limpio, y una vez recibido se clasifica, se separa y se corta. “Obtenemos un material nuevo generado a partir de la fusión del polietileno. Los diseños y colores que presenta no están pintados, se componen con los colores propios del material que se recicla y llevan nuestra impronta y expresión”, cuentan las diseñadoras. “Transformamos la basura en belleza, en metros de tela”. Esta “tela” plástica resultante tiene las propiedades del material que reciclan: es impermeable, liviana, resistente y durable. “Las personas primero ven la belleza de nuestros productos, sus colores, su morfología, y se sienten atraídos por las texturas. Una vez que descubren de qué se trata, la reacción es de sorpresa y de motivación, y se suman doblemente a nuestro concepto”. Cada pieza se concibe como una pieza única. Un objeto MODESTA® es  único, personal e irrepetible.

Reconocen que hoy el consumidor cambia sus hábitos, participa, es más atento y cuestiona la procedencia de los productos que consume. Creen en la importancia de las acciones tomadas por parte del Estado, las empresas, asociaciones, cooperativas y de la sociedad en general. Y como bien lo expresan las diseñadoras,  “la construcción de una nueva economía, en donde la rentabilidad no sea a expensas de la explotación del medio ambiente o las personas, requiere del compromiso y el cambio de todos los actores sociales”.

Para poder participar del proyecto, Paula y Emiliana nos invitan a sumarnos a MODESTA no sólo comprando sus productos, sino también entregando bolsas plásticas que ya no se usen, proponiendo un nuevo punto de acopio o participaciones en eventos.
                                                                                            
Para más información:
www.tiendamodesta.com.ar
info@tiendamodesta.com.ar
http://www.facebook.com/TiendaMODESTA 
Twitter @TiendaMODESTAar

¿Comer mejor ayuda a reducir los residuos?

Les dejamos esta interesante nota de Conexión Brando sobre un consumo responsable de alimentos. En la misma, además de los datos sobre la cantidad de comida que se desperdicia por día, nos dan algunos tips para aprovechar de otra manera lo que comemos cada día. Con esta ayuda podemos comer mejor y contaminar menos...


Se come y no se tira: ¿cómo hacer menos basura comiendo mejor?

¿Quién dijo que el corazón de la manzana no se come? ¿Para qué pelar las zanahorias? Gran parte de lo que desechamos de frutas y verduras no es desperdicio sino alimento. Cómo hacer menos basura comiendo mejor 

¿Quién dijo que el corazón de la manzana no se come? ¿Para qué pelar las zanahorias? Gran parte de lo que desechamos de frutas y verduras no es desperdicio sino alimento. Cómo hacer menos basura comiendo mejor

Por Ariana Perez Artaso

Comida es eso que se come y basura lo que se tira, dicta el sentido común. Pero esta división viene con la trampa que suele encerrar el menos común de los sentidos. Y algunos datos duros obligan a repensarla: según la FAO (conocida como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), cada año se desecha un tercio de la comida producida en todo el mundo para consumo humano, es decir, más de un billón de toneladas. Suena a mucho porque efectivamente lo es. 
Siguiendo con las cifras, se estima que en Estados Unidos se desperdicia alrededor del 40% de los alimentos comestibles. Por estas latitudes, un estudio de 2011 del Instituto de Ingeniería Sanitaria de la Facultad de Ingeniería de la UBA y del Ceamse indicó que en la ciudad de Buenos Aires se tiran entre 200 y 250 toneladas de alimentos por día que podrían ser reutilizados en 550.000 raciones de comida.  
De esto se desprenden, al menos, dos grandes problemas: el desecho de tamaña cantidad en contraste con el hambre de millones y millones a nivel mundial, y la contaminación que genera al descomponerse (emite dióxido de carbono y metano). El grueso de estos desperdicios aparece en el momento mismo de la cosecha. Le siguen su procesamiento, su almacenamiento y su distribución. Otro punto es el descarte por apariencia, en el que toda fruta u hortaliza "fea" (muy grande o muy chica; rugosa o siamesa) simplemente se deja de lado, como también los productos con defectos en el envoltorio o en el envasado. Al final de la larga cadena, aparecemos los consumidores, que agrandamos la montaña de basura evitable con hábitos que arrastramos desde hace demasiados años. 
Claves para aprovechar mejor los alimentos
Manzanas y peras. Están quienes se comen la manzana entera para ahorrarse el trámite de tener que acercarse a un tacho de basura para tirar el corazón. A veces estos gestos de vagancia pueden contribuir a un consumo más responsable. Algo que desde el sitio Food Beast -que reúne datos y noticias del universo culinario mundial- se recomienda con un video titulado "How to Eat an Apple Like a Boss" (Cómo comer la manzana como un jefe). La idea es simple: en lugar de comer la fruta desde sus costados, hay que hacerlo de abajo hacia arriba (o viceversa), incluido su centro. Las semillas tienen un sabor almendrado muy agradable. Lo mismo con la pera. Su núcleo es tan blando que no vale la pena desperdiciarlo. De esta manera, se aprovecha un 30% más de cada fruta.  
Zanahorias. El destino de algunas verduras suele ser envejecer en el cajón de la heladera. Cuando esto pasa con una zanahoria, pocas cosas quedan por hacer: el paso del tiempo hace que pierda su dureza y sea muy difícil de pelar o rallar. La resolución más fácil suele ser desentenderse y dejarla ir. Error: no hace falta más que ponerla en agua por unas horas y listo, absorbe el líquido perdido y queda como nueva. 
Alcaucil. Sí, es cierto, su corazón es lo más rico, pero los platos que solo incluyen esta parte son un símbolo de mezquindad: ¿qué pasa con el resto? Termina en la basura. Vayamos contra esta abominación. El alcaucil se come entero o no se come. Y con esto hablamos también de su tallo. Que así sea. 
Brócoli, coliflor y espárragos. Otras verduras largamente incomprendidas. No hay razón para desechar sus troncos, solo es necesario tener paciencia y cocinarlos un rato más. Se los puede incluir en tortillas, guisos, sopas, ensaladas, en fin, donde gusten. 
Cebollas de verdeo y puerro. Si bien se puede comer toda la planta, por lo general en ambos casos se usan solo sus hojas verdes. Lo que pocos saben es que si se lleva el bulbo (donde crecen las raíces) a un vaso con agua, la planta se regenera y así se puede volver a usar unas tres veces más. 
¿Quién dijo que el corazón de la manzana no se come? ¿Para qué pelar las zanahorias? Gran parte de lo que desechamos de frutas y verduras no es desperdicio sino alimento. Cómo hacer menos basura comiendo mejor

Frutas maduras. Nunca falta el que confunde un damasco maduro con uno podrido. Equivocación imperdonable. Las frutas maduras son las más dulces y resultan ideales para hacer dulces o tortas. 
Cáscaras. Seguro que ya lo escuchaste y todavía no te convence, pero es así: no hace falta pelar papas, zanahorias, berenjenas ni calabacitas. Con lavarlas bien alcanza. En su piel se encuentra la mayoría de sus propiedades -como fibras y vitaminas- y le da un plus de sabor a cualquier preparación. Como todo (o casi), es cuestión de acostumbrarse. Un dato curioso es que el 12% del peso total de una banana corresponde a su cáscara. No pretendemos que la comas (aunque algunos lo hacen), pero saber que se puede usar para ablandar la carne y conservar su jugo mientras se la cocina, o para hacer té, no está de más. 
Sobras. A no ser tan cómodos. Si algo sobra, se reutiliza (el tomate y la cebolla de una ensalada bien pueden ser parte de una salsa) o se congela para comerlo más tarde -el pan a la cabeza-. Lo mismo cuando se va a un restaurante. Llevar lo que no llegaste a consumir te salva después y achica la cantidad de comida descartada por el local. 
Cabe preguntarse si el reaprovechamiento de estos alimentos es capaz de reducir la cantidad de comida que pasa rápidamente a ser basura. La realidad es que a gran escala no, pero como se dice, todo suma. Además, mejorar la forma de consumir los alimentos es una buena manera de cuidar el bolsillo. A fin de cuentas, desperdiciar menos es gastar menos y formar parte de los que algunos vislumbran como el inicio del cambio. 

Recolección de basura a precio de oro

En esta nota de Página 12 se expone otra de las aristas que rondan la cuestión de la basura: los cuantiosos gastos que se destinan y la lógica económica que hay por detrás. En este caso, quedan en evidencia los beneficios que el Gobierno de la ciudad de Buenos Aires le otorga a las empresas privadas y el uso creciente de recursos públicos a un nivel que se ubica dentro de los más altos del mundo.

"Recolección de basura a precio de oro"
 

Será uno de los más caros, tanto en términos nacionales como internacionales. De acuerdo con la comparación realizada por legisladores de la oposición, Madrid gasta aproximadamente la mitad por habitante.

Por Werner Pertot

El nuevo contrato de la basura que lanzó ayer el gobierno de Mauricio Macri será uno de los más caros, tanto en términos nacionales como internacionales. El precio de la licitación al comienzo es de 1239 pesos por habitante. Un distrito similar en población en Europa, como Madrid, gasta la mitad, 660 pesos por habitante, y ofrece más servicios que los que les darán las empresas privadas a los porteños. La comparación con otras ciudades argentinas tampoco favorece a la gestión PRO: Córdoba destina 775 pesos por habitante y Rosario, 398 pesos. Los datos surgen de un trabajo que realizó el dirigente del GEN porteño Martín Hourest, quien lanzó una campaña que se titula “Que no tiren tu plata a la basura”.

El costo del contrato de la basura viene creciendo exponencialmente desde el comienzo de la gestión PRO, a fuerza de redeterminaciones de precios. Desde el macrismo, argumentaban que el contrato estaba vencido y ellos se limitaban a aplicarlo. Luego de varias postergaciones, en noviembre del año pasado, finalmente les adjudicaron la limpieza de la ciudad a seis empresas privadas, mientras que el Ente de Higiene Urbana estatal se seguirá haciendo cargo de la zona testigo.

El nuevo contrato tiene un costo inicial de 28.168 millones de pesos en diez años: por año, son 2816 millones de pesos (el 6 por ciento del presupuesto total), aunque es seguro que habrá nuevas redeterminaciones de precios. Hourest hizo un análisis comparativo con otras ciudades para mostrar la diferencia de costos de los contratos de la basura:

CABA: 1239 pesos por habitante.

Córdoba: 775 pesos por habitante.

Madrid: 660 pesos por habitante.

Rosario: 398 pesos por habitante.

Todos los datos son de junio de 2013, momento en que se adjudicaron los costos sobre los que las empresas pedirán ajustes por inflación en un futuro no muy lejano. El costo de limpieza de Madrid –que está a cargo de un ente estatal– en ese momento era de 95 euros (convertidos a 7,05 que era el cambio del euro el 24 de junio de 2013). El hecho de que el costo de Madrid sea más bajo es significativo también porque la Dirección General de Zonas Verdes, Limpieza y Residuos ofrece algunos servicios que las empresas argentinas no harán, como “limpiezas especiales motivadas por graffiti” o “reposición de bolsas biodegradables”, entre otros.

En la comparación de Hourest, el contrato de Córdoba también resulta ser más barato que el porteño, pese a que fue denunciado por Luis Juez ante el Poder Judicial por el presunto delito de cobro de dádivas por parte del intendente Ramón Mestre a la empresa ERSA, que maneja parte de la recolección de residuos. Así y todo, la cifra por habitante no se acerca a lo que paga el Gobierno porteño.

Hourest recuerda que, además, la gestión de Macri decidió financiar la compra de los nuevos camiones que debían hacer las empresas privadas, pese a que se cambió el contrato de 5 a 10 años para que las empresas amorticen esa compra con fondos propios. El financiamiento de los camiones fue aprobado junto con la última ampliación presupuestaria y asciende a 1312 millones de pesos que el Gobierno porteño les adelantó a las empresas sin ningún tipo de interés o cambio en el contrato. “Le estamos dando ganancias extraordinarias, pero además financiamos sus camiones con recursos públicos. Todo está financiado por la gente”, advierte Hourest.

“Tenía más sentido discutir una administración estatal. Los argumentos del PRO eran la tecnología de punta de los camiones de las empresas privadas. Pero esta discusión se fue al demonio cuando la financiaron con 1300 millones de pesos del Estado. Y no les rebajaron el precio por eso”, afirma. “Dentro de un par de semanas van a empezar las redeterminaciones de precios. Te van a decir el sueldo de los camioneros subió tanto, como si todos los otros elementos de la ecuación no se los estuviera financiando el Estado”, indica el ex legislador porteño, quien advierte que esos fondos se financiaron con la toma de deuda con bonos dollar link, “que significaron para la ciudad un costo anual financiero del 60 por ciento”. Por este motivo, Hourest denunció penalmente a Macri y otros funcionarios porteños.

Fuente

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