Por último, te dejamos el caso de España para finalizar nuestro recorrido sobre el manejo de la basura en la Unión Europea.
Por Diego Daniel Marghetich
El caso español refleja un despliegue positivo,
consecuencia de la puesta en marcha de la normativa vigente en la UE. Es un
ejemplo actual que nos demuestra cómo gobierno y empresas decidieron hacerse
cargo de los residuos que generan las principales ciudades y su intenso
consumo. El país se encuentra actualmente entre las diez naciones que más
reciclan en Europa, y las compañías que lo hacen posible encabezan
algunos de los más importantes proyectos de tratamiento de residuos a nivel
internacional, facturando al año un total de 5.270 millones de euros, lo que
supone un 13% del mercado medioambiental, área que garantiza empleo directo a
más de 140.000 personas, según la fundación Forum Ambiental. Además, en
este proceso, las empresas españolas adquieren una experiencia que pueden
exportar al extranjero con gran éxito.
España alcanza a reciclar un 70% de los envases
y casi la totalidad del vidrio con avanzados Sistemas Integrados de Gestión
(SIG), los cuales se organizan sectorialmente por grupos de productores,
cooperando con otros operadores como ayuntamientos, comunidades autónomas,
empresas recicladoras y de logística, para cumplir con las obligaciones que la
legislación establece. Un ejemplo del modo en que funcionan estos sistemas es
ECOEMBES, uno de los tantos SIG sectoriales que cuenta con 12.088 empresas
adheridas (en su mayoría fabricantes de envases de plástico y cartón) que
deben, por ley, hacerse cargo de sus productos en todo su ciclo de vida. Por
otro lado, el área dedicada a la recolección selectiva de vidrio se encuentra
en manos de ECOVIDRIO, otro SIG al que se encuentran adheridas más de 2.600
empresas. Sin embargo, donde mayor número de sistemas de gestión de residuos
existe es en el sector de Aparatos Eléctricos y Electrónicos: los más
importantes son ECOLEC y ECOTIC. El proceso de gestión de ambos es totalmente
íntegro y efectivo, ya que soluciona el problema de acumulación de aparatos
eléctricos y electrónicos de descarte: se llevan hasta los almacenes
habilitados por las distintas empresas y se trasladan hasta los centros de
reciclaje. De este modo, la separación de materiales permite que vuelvan a
utilizarse en la fabricación de nuevos equipos.
España se destaca por ser la nación más activa
en Europa en cuanto a Eco Diseño. Se han impulsado 28.500 medidas para fabricar
envases sostenibles. Se adelanta a otros países al dar una solución integral a
las baterías usadas, y ha puesto en el mercado novedosos modelos de reciclado
de teléfonos móviles y medicamentos. Estos últimos son tratados dentro del
sistema de gestión de residuos español (SIGRE) en el cual los medicamentos
utilizados recorren el camino inverso al de su venta en las farmacias, ya que
es ahí donde el propio ciudadano puede reciclarlos y es el mismo distribuidor
del medicamento el que recoge el envase que ya no sirve y lo lleva a los 140
almacenes de distribución. De este modo se reducen elevados costos de logística
y se evitan emisiones de dióxido de carbono.
En cuanto al tratamiento de la basura urbana, el
país cuenta con una infraestructura relativamente madura que incorpora
tecnología de punta. La experiencia doméstica dotó a las empresas españolas de
diferentes conocimientos que el sector de residuos requiere para competir en el
mercado internacional. España no sólo se destaca en la recolección de desechos
sino también en el tratamiento y transformación de los mismos en otro material
o energía. El protagonismo de este sector
está en manos de compañías como Cespa y Urbaser, las cuales cubren toda la
cadena de valor en la prestación de servicios medioambientales, desde la
recolección, hasta su tratamiento y aprovechamiento energético. Por otro lado,
la multinacional FCC Environment, una de las empresas medioambientales más
grandes del mundo, cuenta con nueve plantas de tratamiento de residuos urbanos
instaladas en España dedicadas a la clasificación y biometanización
(valorización energética), además del tratamiento y aprovechamiento de biogás y
de los residuos provenientes de las refinerías de petróleo. También se ha
especializado en la gestión integral de residuos industriales de todo tipo:
peligrosos, no peligrosos, reciclables, suelos y pasivos medioambientales
(residuos que no fueron tratados a tiempo y continúan causando efectos nocivos
en el medio ambiente). En la misma sintonía, la firma Ros Roca Environtec,
reconocida internacionalmente por el tratamiento de basuras domésticas, se
destaca por la recolección neumática, que consiste en conducir los residuos a
través de una innovadora red de tuberías subterráneas, desde el domicilio del
ciudadano o desde un buzón situado en la calle, hasta la planta de tratamiento,
a la cual llegan separados por los propios consumidores, liberando las vías
públicas de contenedores y la operatoria de recolección tradicional.
Al margen de los sistemas integrados de gestión
y de las empresas que se encargan de la recolección, recuperación y
revalorización, existen otras compañías clave en toda la cadena de valor: la
gestión de los aceites industriales usados se encuentra a cargo de SIGAUS, una
de las principales compañías que agrupan al 90 % de los productores del sector
y que gestionó más de 63 mil operaciones de recolección de aceites usados, de
las cuales el 71% correspondieron a pequeños productores ligados principalmente
a talleres automotores y pymes, el resto a grandes productos, instalaciones
industriales o gestores finales. De este modo, el aceite usado se puede
regenerar, reciclar e incluso revalorizar.
Cada
parte del sector productivo, industrial y laboral, cumple de esta manera una
función colaborativa con otros sectores de índole gubernamental y no
gubernamental ligados al reciclaje, ambos apoyados en una matriz jurídica
actualizada que los compromete con la protección del medio ambiente y hace del sistema
de tratamientos de residuos español uno de los más avanzados y con mejor visión
a futuro.
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