Por Diego Daniel Marghetich
Europa es un continente con hábitos muy
desarrollados en cuanto al tratamiento de residuos en comparación con otras
regiones del mundo. El manejo de residuos en países como España, Suecia, Suiza,
Noruega, Alemania, Austria y los Países Bajos, es una industria que, además de
contribuir con el cuidado del medio ambiente, genera empleos calificados y
utilidades.
Las normativas establecidas por la Unión Europea
en materia de manejo de residuos, señalan a las empresas industriales como
principales responsables a la hora de garantizar un adecuado tratamiento de los
desperdicios que generan, en una forma eficiente, segura y respetuosa con el
medio ambiente. Gran parte de la legislación existente en la UE adopta un
enfoque específico para cada producto, y regula sectores como el de envases,
vehículos, baterías o aparatos eléctricos. En base al principio de
“Responsabilidad del Productor”, estas leyes obligan a las empresas productoras
o manipuladoras de determinados productos a garantizar su tratamiento
satisfactorio una vez que llegan a la basura, así como también a pagar la
gestión de estos residuos.
Avances y perspectiva para la región:
Avances y perspectiva para la región:
Las condiciones macro difieren entre regiones. Los expertos observan un
declive de norte a sur y de este a oeste, lo que tiene que ver con la situación
económica particular de cada nación, ya que no todos los países europeos tienen
las opciones de valorizar todo tipo de desechos, además de depender de la
cooperación entre ellos. En los países escandinavos, por ejemplo, donde
predominan los climas fríos y con pocos recursos para la obtención de energía,
la basura cumple un rol fundamental al dotar de calefacción a parte de sus
habitantes. Estos países desarrollaron políticas intensas de reciclaje y
eliminación de residuos, al punto de lograr deshacerse de la totalidad de sus
desechos, situación que incluso les permite importar basura. En Suecia, según
informes de la Agencia de Protección Medioambiental local, se llegaron a
importar 800 mil toneladas de basura con el objetivo de convertirla en
combustible. De lo que se incinera para la calefacción, se devuelven los
desechos de metales pesados a su origen, que proviene en mayor parte de sus
vecinos noruegos.
La Unión Europea fijó como meta para 2020 que
los países integrantes deben llegar a reciclar el 50 % de los residuos
domésticos. Según un informe de la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA),
Alemania recicla un 62% y Bélgica el 58%. Estos países ya superaron la meta
trazada, pero a muchos otros les resulta complicado llegar al objetivo
establecido: España recicla cerca del 35%; Austria, otro país modelo de
reciclaje, aunque no pertenece a la Unión Europea, recicla el 51% de la basura
urbana y logra el 95% de reciclado de vidrio. Los Países Bajos, por su
ubicación geográfica, como puerta de entrada en Europa y sus sistemas
logísticos altamente desarrollados, pueden volverse un factor clave de
imitación para otras regiones menos avanzadas del mundo. El sistema holandés
logró reciclar más del 80% de sus residuos y las empresas advirtieron que las
ganancias ambientales se lograrán uniendo esfuerzos para crear una cadena de
producción sostenible.
La prevención y la reducción de desperdicios es
la máxima prioridad del plan de gestión de residuos al que aspira la Unión
Europea, el cual estimula la protección del medio ambiente sin distorsionar el
mercado interior comunitario. Sin embargo, no hay una solución única que pueda
aplicarse a todas las situaciones, pero la estrategia de la UE en la materia se
fundamenta en una serie de principios básicos: la producción de residuos tiene
que reducirse o, directamente, evitarse; la responsabilidad es del productor y
quien contamina, paga; mantener la prevención, para anticiparse a posibles
problemas potenciales; finalmente, los residuos deben eliminarse lo más cerca
posible de su origen. Al mismo tiempo, por medio de diversas combinaciones
innovadoras en el manejo de residuos y el desarrollo del eco-diseño se busca
aumentar la competitividad de cada país en materia de producción basada en el
reciclaje.
En los próximos días estaremos subiendo los
casos de España, Holanda y Alemania, que nos ejemplifican lo que explicamos en
esta introducción.
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