En relación con la problemática que venimos trabajando, recientemente la UBA ha sacado una resolución que nos gustaría compartir con ustedes. Se trata de un primer paso muy importante y queremos saber qué opinan al respecto.
El pasado 10 de
abril, luego de las últimas inundaciones
en la Ciudad de Buenos Aires y en La Plata, la Universidad de Buenos Aires
difundió la Resolución 6525 mediante la cual reconoce que la basura es un
problema que necesita, con urgencia, una solución.
En dicha
resolución, la UBA pone de manifiesto el modo en que entiende a la basura. Esto
es, en términos de cuestión, es decir, como asunto socialmente problematizado
que merece una resolución por parte del Estado, sin dejar de lado a la sociedad
civil.
La resolución
6525 tiene en cuenta el marco legal actualmente existente en nuestro país. De
hecho, se hace eco de la Ley Nacional N°25.916 DE “Gestión de Residuos
Domiciliarios”, la Ley de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires N°992/02 que
instrumenta el “Programa de Recuperadores Urbanos” y la Ley de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires de “Gestión integral de residuos sólidos urbanos”.
En esta
declaración se hace evidente que la Universidad retoma lo ya propuesto por diferentes
organizaciones sociales, como por ejemplo la Cooperativa El Álamo, que tratan
el tema y en ese sentido, la UBA sostiene que es necesario atender este asunto
debido a “Que para reducir la producción de residuos que se entierran en los
rellenos sanitarios, la mayoría de los cuales se encuentran colapsados, resulta
indispensable la adopción de medidas que instrumenten la separación en origen
de los residuos reciclables”.
“Que la
separación en origen de residuos reciclables no sólo contribuye a reducir el
impacto ambiental sino también como fuente de puestos de trabajo, promoviendo
la inclusión social de sectores postergados de la población”.
“Que por el
número de edificios, tamaño de su población, cantidad y calidad de los residuos
que genera, este Universidad reúne las condiciones para ser considerada un
generador especial y como tal requiere la implementación de un programa
particular”.
De esta manera, la Universidad, por fin, se
reconoce y se ubica en el escenario político y académico como un actor social importante; de hecho, en
la resolución afirma “Que esta
Universidad se encuentra en condiciones propicias de realizar un aporte
significativo no sólo en términos operativos sino además en relación al cambio
cultural que exige el desafío”.
Si bien la
Universidad de Buenos Aires reconoce la importancia del orden simbólico y de
los necesarios cambios culturales, hace énfasis, casi exclusivamente, en la cuestión del medioambiente. Creemos que,
por algo se empieza, pero que esta acción debe trascender ese campo y llegar a
plantear la re-significación de los actores sociales involucrados que suelen
carecer de voz propia, como es el caso de los cartoneros y de las
organizaciones sociales que están realmente comprometidas con la cuestión y que
advirtieron ciertas disputas de poder (político y económico) que impiden la
resolución de dicho problema.
La UBA ya
enunció un discurso, ahora le queda asumir una práctica social. En este caso se
trata de una ardua tarea de
planificación e implementación de un plan estratégico para solucionar el
problema de la basura en conjunto con el
Estado, las organizaciones sociales y los ciudadanos.
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