Por Diego Marghetich
Las
recientes investigaciones y avances científico-tecnológicos en el tratamiento
de desechos resultan de gran ayuda a la hora de facilitar y clasificar los distintos
tipos de materiales, contribuyendo a su moderación y reutilización. A su vez,
buscan lograr una mayor concientización sobre el cuidado del medio ambiente.
Un
ejemplo de esto los constituye el RFID (Radio
Frecuency Identification), un sistema integrado de identificación por radio
frecuencia que se ha potenciado en el sector del manejo de la basura. La
identificación por radiofrecuencia trabaja con etiquetas que se colocan en los
tachos de basura y un lector de RFID que va en el camión de residuos, de manera
que pueden ser rastreadas. De este modo, se puede saber cuándo y dónde se está
recolectando la basura. Este sistema permite trazar una ruta con el recorrido y
conocer cuánta basura produce cada sector de la ciudad. A su vez, se instalan contenedores
diferenciados de basura entre los que son destinados para material reciclable y
los que no, permitiendo un avanzado control sobre las áreas que reciclan.
Un aporte importante del RFID es que, debido a su manera de analizar la recolección, permite mejorarla ya que proporciona estadísticas exactas sobre la cantidad de basura producida. De este modo, en las áreas donde el reciclaje es muy bajo, la ciudad puede investigar por qué esto sucede y crear programas informativos y de concientización para lograr así una mayor participación ciudadana. El RFID se está implementando actualmente en importantes centros urbanos de los Estados Unidos, como Los Ángeles.
Un aporte importante del RFID es que, debido a su manera de analizar la recolección, permite mejorarla ya que proporciona estadísticas exactas sobre la cantidad de basura producida. De este modo, en las áreas donde el reciclaje es muy bajo, la ciudad puede investigar por qué esto sucede y crear programas informativos y de concientización para lograr así una mayor participación ciudadana. El RFID se está implementando actualmente en importantes centros urbanos de los Estados Unidos, como Los Ángeles.
Entre
los residuos, un caso especial se presenta en el reciclaje del plástico, cuya tarea
se realiza a mano y demanda mucho tiempo. Sin embargo, el Instituto Tecnológico
del Plástico (AIMPLAS) de la Comunidad Valenciana, en España, está trabajando
en un proyecto llamado DESCONTAPOL que
busca posibilitar nuevos modos de reciclado a través del desarrollo de una
tecnología que permite acelerar el proceso de clasificación del plástico y mejorar
los existentes.
Este
sistema hace uso de la luz fluorescente. Diversos sensores son capaces de medir
la fluorescencia, y según la duración de la misma es posible determinar el tipo
de plástico, lo cual ayuda a que pueda ser clasificado y reciclado rápidamente.
El objetivo principal es eliminar las sustancias críticas contenidas en los
plásticos reciclados, las cuales limitan o imposibilitan su aplicación adecuada
post consumo. Por ejemplo, el material plástico con olores o elementos críticos
que afectan a la capacidad de resistencia del mismo.
Si
bien este proyecto por un lado busca ampliar los mercados a los que se dirige
actualmente la producción de plásticos reciclados (industrias como la del
envase, agricultura, automotriz, electrónica) por el otro, reducirá el
porcentaje de plástico que termina inutilizado y fuera del proceso de
clasificación, reduciendo así los niveles de contaminación.
Respecto a esto último, en la Universidad de Georgia, Estados Unidos, están experimentando a través de un sitio web llamado “WeRecycle” que muestra las cantidades y zonas que reciclan partiendo de la hipótesis de que no todos los consumidores guardan sus botellas de plástico para luego arrojarlas en depósitos especiales. La investigación busca prevenir la desorganización en la recolección instalando en cada contenedor de basura lectores GPS que envían señales indicando cuántas botellas de plástico han sido arrojadas en una zona específica. De esta manera, toda la información es recolectada y publicada en su sitio de internet, permitiendo la visualización de un mapa online dónde se encuentran los contenedores de basura más accesibles. Cada contenedor cuenta con un índice de reciclaje y tienen una aplicación de Android para poder encontrar los centros de reciclaje más cercanos.
Respecto a esto último, en la Universidad de Georgia, Estados Unidos, están experimentando a través de un sitio web llamado “WeRecycle” que muestra las cantidades y zonas que reciclan partiendo de la hipótesis de que no todos los consumidores guardan sus botellas de plástico para luego arrojarlas en depósitos especiales. La investigación busca prevenir la desorganización en la recolección instalando en cada contenedor de basura lectores GPS que envían señales indicando cuántas botellas de plástico han sido arrojadas en una zona específica. De esta manera, toda la información es recolectada y publicada en su sitio de internet, permitiendo la visualización de un mapa online dónde se encuentran los contenedores de basura más accesibles. Cada contenedor cuenta con un índice de reciclaje y tienen una aplicación de Android para poder encontrar los centros de reciclaje más cercanos.
El
reciclaje de residuos en general no es una tarea sencilla y demandará mucho
tiempo dependiendo del grado de concientización que alcance la población de
cada país. A su vez, podemos advertir que si contamos con la implementación de
nuevas tecnologías para mejorar estos procesos y una investigación adecuada,
los resultados positivos pueden llegar en el mediano plazo, todo depende de las
decisiones que se tomen a futuro.
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