Por Ángeles Lafuente.
Muchos creen
que ocuparse del problema de la basura es perder tiempo, que están demasiado
ocupados para dedicarse a separarla e incluso que no tiene sentido hacerlo.
Pero, ¿realmente es inútil la separación de basura en origen? ¿O hace una
diferencia a tener en cuenta?
La basura es
un gran problema que enfrentan muchas ciudades del mundo y Buenos Aires no es
la excepción. Entre los residuos de C.A.B.A. y las diferentes localidades del
conurbano, el relleno sanitario CEAMSE funciona al límite de su capacidad;
desechamos cada vez más rápido y más cantidades de lo que tardan en degradarse
los residuos. La principal solución es descartar menos residuos y,
necesariamente, reciclar.
El reciclaje
permite reutilizar mas del 60% de las cosas que consumimos (botellas, latas,
papel, cartón, etc.) reduciendo a más de la mitad la cantidad de basura que se
tira por día por persona. Separando en dos recipientes diferentes los
materiales orgánicos de aquellos reciclables, no sólo reintroducimos materia
prima en el circuito económico, sino que además le damos un respiro a la
naturaleza.
Ahora, ¿cuánto
hay que sacrificar para lograrlo? Nada. Simplemente es necesario que al momento
de tirar algo, elijamos entre el tacho de “residuos” y el de “reciclables”.
Este proceso de separación de basura en origen cuesta cada vez menos con el
hábito y la costumbre. Cuanto más acostumbrado esté uno a tirar en uno u otro
recipiente lo que se consume, menos lo identifica como un esfuerzo. Si en cada
hogar hay tachos diferenciados, se hace un aporte importante. Si a eso le
sumamos las escuelas, espacios públicos, comercios, bancos, etc., estaríamos
logrando un cambio fundamental. Sin embargo, para llegar a la meta, hay que comenzar.
Una vez que
existe la voluntad de separar lo reciclable de lo desechable, el problema
aparece cuando no se tiene un circuito accesible para llevar los materiales
reutilizables a donde corresponde. Aquí es importante remarcar proyectos como el del
gobierno de la Ciudad de Buenos Aires de las “Campanas Verdes”, concientizando sobre la
separación de basura en origen y facilitando el separado.
El proyecto
del Jefe de Gobierno de la Ciudad busca cumplir con la Ley de Basura Cero (N°1854),
que se basa en un principio de reducción progresiva de la disposición final de
los residuos sólidos urbanos, con plazos y metas concretas, por medio de la
adopción de un conjunto de medidas orientadas a la reducción en la generación
de residuos, la separación selectiva, la recuperación y el reciclado. La meta a
alcanzar es la reducción de un 75% de los residuos ambientalmente nocivos para
el 2017 (tomando como base los niveles enviados al CEAMSE durante el año 2004),
lo que conllevará a una disminución de la cantidad de desechos a ser
depositados en rellenos sanitarios.
En dicha ley
se prohíbe también para el año 2020, la disposición final de materiales tanto
reciclables como aprovechables. Este tipo de proyectos cobran valor cuando se
considera su ausencia en muchos otros espacios geográficos, dado que por más
predisposición del ciudadano a separar, sin un gobierno que genere facilidades
para la recuperación de los materiales reutilizables, la separación de basura
en origen pierde efectividad.
A pesar de que
no en todas las localidades de C.A.B.A. y el conurbano hay un sistema de
recolección, ni un proyecto similar al implementado en determinadas comunas de
la Capital, separar la basura tiene varios efectos positivos. El primero y más
obvio, es la reducción de residuos que se envían a los rellenos sanitarios. En
segundo lugar, permite la reincorporación de materia prima útil en el circuito
productivo y comercial, lo que disminuye los costos de producción de diversos
productos. También, hay un aumento del empleo porque un proyecto así requiere
de una importante cantidad de mano de obra para la recolección, separación por
materiales, reciclado y su administración. Por último, la satisfacción
personal que trae participar de un proyecto positivo: el
placer que genera hacer un bien por el medio ambiente, por uno mismo y por
todos los que vivimos en el mismo espacio es único e invaluable. Por lo tanto, la
separación de basura en origen no cuesta ni tiempo ni dinero, pero nos trae más
beneficios que los que podríamos pensar.
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